miércoles, 18 de junio de 2008

Historias de un pornógrafo cibernáuta

(Si tu mamá ya te dijo que apagues la compu y sólo te quedan 2 minutos disponibles puedes leer la micro síntesis en morado)



1969, año cero. La nueva dirección de María. Mi amiga, la de los tacos. Congreso de Visionarios. Vida de casado. El destello en el espejo. La gente de látex. Jackie, la ardiente. El lafrón de los sueños. Mamis malas. Cada miércoles Violeta. La ofensiva navideña. La piedra en el pozo sin fondo. Yokohama Bar.


Naief Yehya es uno de los pocos escritores de nuestro país que tiene las agallas, para incursionar en un género tan sórdido como el llamado realismo sucio, y la habilidad para salir limpio al final. Valiéndose de un gran talento y un carisma muy particular, lleno de humor negro e ironías, logra una combinación afortunada entre este estilo, la ciencia-ficción y la pornografía. Esto, indudablemente, le da un carácter único dentro de la narrativa mexicana y lo hace destacar entre los escritores nacidos en los sesentas.

En Historias de mujeres malas se tiene la impresión de reconocer al mismo protagonista y narrador en todos los cuentos, a pesar de que se trata de distintos personajes. No sabemos si es un recurso intencional o no. Tal vez porque en nuestros tiempos el ser humano se encuentra estandarizado e inmerso en un sistema consumista, la personalidad de un hombre citadino se iguala a la del resto de sus contemporáneos, en prácticamente todos los cuentos que componen este libro aparece un hombre enajenado, sumamente manipulable, que se deja llevar por las circunstancias hostiles, sin intentar modificarlas.

Los relatos están situados en la actualidad, en esta era visual y tecnológica que nos envuelve a todos, donde cada vez estamos más expuestos y susceptibles a las influencias de los talkshows, del cine hollywoodense y la internet, que de alguna manera lesionan la convivencia familiar y han contribuido a una crisis de valores en la sociedad; dejando como consecuencia seres educados por la televisión y los demás medios masivos, que al no conseguir lo que la publicidad ofrece acumulan insatisfacción, hastío, vacío espiritual e incluso patologías.

Los personajes se caracterizan por ser egoístas, irresponsables, violentos, irreflexivos, indiferentes y ansiosos de reconocimiento. En ninguno hay valores ni virtudes que elogiar o seguir, ya que el autor no pretende aleccionar a los lectores ni convencerlos de nada.

Los temas principales son el fin de la humanidad, la cibernética, la prostitución, la criminalidad, las distintas orientaciones sexuales, el miedo a la muerte y a la intrascendencia; todo escrito con un estilo conciso, amoral y visto desde las perspectivas de la víctima y el victimario.

Algunas historias tienen un escenario Apocalíptico, en las cuales se percibe cercano el fin de la humanidad y con ello la necesidad desesperada de creer en algo, lo que degenera en un cúmulo de creencias extravagantes que van desde las sectas y nuevas religiones, pasando por los extraterrestres, hasta la obsesión por la persona que se desea. El resto de los ambientes son oscuros, pesados, nauseabundos.

Existe una extraordinaria verosimilitud en las historias, aunque en otros tiempos hubiera parecido descabellado pensar en gente de látex, en matrimonios express por televisión o en un congreso de personas que antaño hubieran ido a la hoguera o al manicomio. Vivimos una época en la que los avances tecnológicos se encargan de hacer factible lo antes impensado. Como los lectores estamos bajo ese influjo y estamos familiarizados con ese ambiente, aunque sea por medio de imágenes cinematográficas, es posible pensar que lo descrito está por suceder, en algún lugar del mundo, en cualquier bar.

Naief, desde una perspectiva claramente masculina, refleja con ironía y sarcasmo, no el trayecto de esta crisis, sino el resultado: la deshumanización, el aparente sin sentido de la vida y el lado perverso del hombre.

En el año 2001, Yehya presentó su primer libro de cuentos, que ha resultado más atractivo que sus tres novelas anteriores, en el que desarrolla sus mayores inquietudes –también presentes en su ensayo El cuerpo trasformado– como la cibernética, la influencia negativa de los medios masivos de comunicación y por supuesto, la pornografía. El valor esencial de esta obra recae en la manera en que describe las conductas y problemáticas del hombre posmoderno que además de estar enajenado y espiritualmente corrompido, continúa eligiendo el camino egoísta

Naief Yehya Historias de mujeres malas México Plaza y Janés 2001

2 comentarios:

Wakowa dijo...

sin duda avanzamos hacia una sociedad distopica gobernada por este nuevo grupo de tecnocratas, como lo refleja la pelicula de blade runner. Espero q asi como no existe una tecnologia neutra ni una ciencia desligada de los valores que a veces son incongruentes por los diferentes intereses, las nuevas generaciones puedan hacer un cambio o se los va a cargar la fregada.

Se me vino a la mente, si se juntara Naief con Frank Miller podrian crear una historieta genial sobre este tema de las tecnologias cambiando nuestra percepcion de realidad. Q ironicamente se convertiria en pelicula hollywoodense que "eduque" a las nuevas generaciones. Saludos

Cy dijo...
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