viernes, 19 de agosto de 2011

Kiddo

Oí Mozart trazo mío

Partir de un recuerdo inexistente

para salvar la noche

es recurrir a una verdad universal,

alimentarnos de cosmos

mientras contemplamos la fugacidad del tiempo.

Partir de algo que aparenta ser nada

para salvar la noche o salvar la vida,

es sutil cadencia de estrellas que se pagan

mientras se encienden otras.

Partir hacia ti, con la intención de llegar

sin saber

y tener por hecho que nada más podrá darse por hecho,

que entre nosotros sólo la espuma

y la intuición de las cosas.

Partir de un recuerdo inexistente

es hacer memoria,

dejando entre los nuestros la angustia de los nuestros

y cernir la suerte

de tal forma

que podamos encontrarnos.

domingo, 13 de marzo de 2011

110311

Ya no eres.
Ya no estás en el centro de esta herida.
Cicatriz que duele al tacto del recuerdo.
Negrura dispersa como polvo en el agua;
lirio marchito sobre un montón de piedras.

Ya no eres.
Ya no estás en el centro del arpa.
Tímpano que ya no escucha canto de sirenas.
Otredad distante como sombras en un páramo;
vaina reseca bajo un charco de lodo.

Ya no eres.
Ya no estás en el centro de mi mundo.
Corazón que ya no tiembla ante la imagen de tus ojos.
Rotura perpetua como espejo entre cristales;
esqueleto, calcinado y disuelto, en el viento que sopla.