viernes, 19 de agosto de 2011

Kiddo

Oí Mozart trazo mío

Partir de un recuerdo inexistente

para salvar la noche

es recurrir a una verdad universal,

alimentarnos de cosmos

mientras contemplamos la fugacidad del tiempo.

Partir de algo que aparenta ser nada

para salvar la noche o salvar la vida,

es sutil cadencia de estrellas que se pagan

mientras se encienden otras.

Partir hacia ti, con la intención de llegar

sin saber

y tener por hecho que nada más podrá darse por hecho,

que entre nosotros sólo la espuma

y la intuición de las cosas.

Partir de un recuerdo inexistente

es hacer memoria,

dejando entre los nuestros la angustia de los nuestros

y cernir la suerte

de tal forma

que podamos encontrarnos.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Magico

Cy dijo...

Gracias, Anónimo/a, por pasar a leer.

Anónimo dijo...

Me encantó.

Oz dijo...

Ese saborcito emocionante de la incertidumbre, el deseo de salvar la noche, de salvar la emoción, de salvar al deseo mismo para que no se apague.
¡Vivos tus versos!