jueves, 26 de marzo de 2009

Una cierta melodía

El caer de los dedos sobre un teclado de computadora lleva implícita una cierta melodía, cambiante, siempre nueva. En un cibercafé esa musicalidad se intensifica en ritmo y volumen. Ahora esa pieza me deja navegar en los recuerdos de este día. Vuelvo a pensar que de veras me cayó mal el cortecito esponjado del perro french blanco que me ví antes de entrar aquí a escribir que también me pude haber puesto de malas por los cincuenta y tantos minutos de venir oyendo desde atrás de mi cabeza al caballero con audífonos que masticó chicle de plátano de Revolución a Acueducto al estilo tortillerezco. De ahí en fuera todo marchó bien si no contamos con que en la biblioteca Vasconcelos restringieron el uso del bendito messenger y me quedé no más con el gusto de haber saludado a los vigilantes de la entrada, que por cierto, ya conocen el rechinido de unos zapatos cafés que a veces me pongo cuando no me pongo los otros. Y qué tal que descrubrí que soy histérica y que a lo mejor es mi pecado recurrente, aunque hay quienes usan el término para autodescribirse y yo como que me avergüenzo aunque ahorita sin querer ya me di cuenta que esta música de las compus es curativa y bien milagrosa.

4 comentarios:

choco Nocturno dijo...

Es fascinante saber que interpretas una melodía cada vez que haces una entrada en tu blog.

choco Nocturno dijo...

Y ahorita me estoy acordando del Poema Sinfónico para 100 Metrónomos de György Ligeti. :d

Oz dijo...

Pondré más atención a esa melodía, la próxima vez. Y ahora que escribo esto escucho una tonada. Nada. Todo. ¡Vaya modo! Nada. Va.

Cy dijo...

choco Nocturno:

¿Y cuál es ese poema de los 100 metrónomos de G... de Ligeti?


0z:

Mira nada más, ahora pude hasta percibir la letra, aunque no la música que creaste...

Y ahora que escribo esto
escucho una tonada
nada
todo
vaya modo
nada
va


Es asi poético :) ...

Lo que uno gana no más de poner un poco de atención...