jueves, 7 de agosto de 2008

Como antes

"No me des tregua, no me perdones nunca.
Hostígame en la sangre, que cada cosa cruel
sea tú que vuelves..." J. Cortázar
Como una nube de lluvia sin ruido
sin aves sobrevolando las copas
la tarde se estancó esta noche.
Y no es estar alegre
o dentro de una nostalgia pasajera
querer caminar hacia tu sexo.
Es el espejo oblicuo de los sueños,
la línea trazada en tu aliento
que conecta tu imagen a mi boca.
Es esta ciudad de grises tapizada
que exenta de murmullos y tibieza
me presume tu presencia en otra parte.

martes, 5 de agosto de 2008

La urgencia por consumir nos está consumiendo a nosotros...

O un post que viene un comentario de otro blog...

Comentaba yo en un post de este blog y decidí copiar y pegar mi comentario acá, para tenerlo en cuenta y no olvidarlo así como así. Que además tiene que ver con este otro...

Cy dijo...
Acabo de leer un comentario que dejó envoltorio y eso despertó algo en mí. Como un miedo, como una alerta (para eso sirve el miedo a fin de cuentas). Dice tener 20 años y pareciera que el está padeciendo lo mismo que yo sentí cuando tenía 20. Pero en su caso suena más drástico, como si fuera empeorando esa 'sensación'. Debe ser porque los medios masivos de comunicación están creciendo a un paso tan veloz que es casi imperceptible al ojo común. Lo que me pareció muy interesante es esa manera de codiciar (y consumir) música. Lo percibo casi como una urgencia... A los 21 sentí esa urgencia pero me asustó empezar a sentir una especia de saturación 'auditiva' y puse un freno. Es algo que te puede llevar al vacío. De pronto, empezar a sentir que ya ni siquiera la música (que es fue creada en un inicio como una manera de curar el espítiru) es suficiente. Y eso quizá sea sólo el principio de cómo podemos ser 'manipulados', una debiliadad psicológica-espiritual, si es que existe algo así, y es que quizá hay que tener pensamientos más profundos, tratar de comprender lo que nos rodea, aunque sea empezar por comprender una canción, ya no digamos "10691 diferentes". Comprender y discernir entre lo que puede beneficiarnos y lo que nos hundiría más. La música es poderosa, pero ahora comprendo que, como todo, tiene su lado peligroso...